La situación actual del mercado laboral en España es compleja y en el sector del transporte empieza a haber escasez de conductores para poder completar las plantillas de las empresas. No se trata de un problema aislado que afecte únicamente a nuestro país, también afecta a muchos otros países. Especialmente preocupante es el caso de Reino Unido, agravado por el Brexit.
Los motivos de esta situación son diversos:
- Falta de vocación: Esta profesión tradicionalmente ha sido vocacional. Hijos que relevaban a sus padres y que veían en este trabajo un halo romántico. Las nuevas generaciones buscan trabajos menos duros y que les permitan mantener una mejor calidad de vida.
- Barrera económica: Actualmente obtener un carnet C+E que nos habilite para conducir un vehículo pesado conlleva un fuerte desembolso económico (entre 3.000 y 6.000 €). Los jóvenes no disponen de esa cantidad económica para poder probar un sector que no saben si les va a gustar. En este caso una solución podría ser que las administraciones públicas subvencionen al 100 % estos carnets. Aunque la inversión inicial para las administraciones sería importante, en poco tiempo podrían recuperarla vía cotizaciones sociales, reducción de prestaciones por desempleo e IRPF. Además de eliminar un problema creciente de falta de este tipo de trabajadores.
- Condiciones laborales intrínsecas a este sector: Nadie duda que el trabajo de conductor es muy duro, se pasa mucho tiempo fuera de casa, siempre solo, durmiendo en el camión, comiendo en restaurantes de carretera y estando lejos de tu familia. En este sector profesional es muy complicado conciliar la vida laboral y familiar.
- El trato recibido durante su jornada: En un gran porcentaje de los lugares de carga y descarga el trato que reciben los camioneros deja mucho que desear. Nadie empatiza con ellos y se les trata sin ningún miramiento. No es de recibo que un conductor tenga que esperar su carga o descarga más tiempo que el que invierte en realizar el viaje. Todo esto viene porque el tiempo del transportista no se cobra y, por tanto, no tiene ningún valor. Esto no ocurre con taxistas, servicios de grúa o contenedores marítimos que tienen estipulado unos tiempos de carga a partir de los cuales cobran. Otro problema adicional, que genera la mayoría de los conflictos en las empresas de transporte, es que se obliga al conductor a cargar ó descargar las mercancías, habitualmente paletizadas con medios ajenos a su empresa (transpaletas eléctricas propiedad del cargador). Un trabajo por el que no se cobra, para el que no ha sido contratado ni formado y que puede suponer un conflicto de riesgos laborales.
Haciendo un resumen: tenemos un joven que no tiene vocación para ser conductor, que no tiene el dinero para obtener el carnet y el CAP correspondiente, que posiblemente ha visto a su padre conductor (o más bien no lo ha visto) durante su infancia y que ve el tipo de vida que va a llevar y como lo van a tratar allá donde vaya. Es lógico que no haya conductores.
¿Y qué se puede hacer para evitar esta situación? en TRANSLOGROÑO no tenemos actualmente falta de personal. Nuestra plantilla está completa. Intentamos ofrecer a nuestros conductores las mejores condiciones laborales:
- Un trato digno y respetuoso.
- Unos medios materiales modernos para poder realizar su trabajo correctamente.
- Conciliar la vida laboral y familiar todo lo que está en nuestra mano. Todos nuestros conductores, hasta los que hacen transporte internacional, pasan el fin de semana en casa con su familia. Para ello hay que realizar una labor de negociación con nuestros clientes para poder satisfacer sus necesidades y las de sus clientes al mismo tiempo que conseguimos planificar horarios y descansos.
- Hacemos un trabajo proactivo para evitar esperas innecesarias y cargas/descargas, que son unos de los mayores focos de conflicto entre empresa y trabajadores actualmente.
Si queremos que no falten conductores, pongamos todos (las empresas de transporte también) nuestro granito de arena para que así sea.